Sandra se definía a sí misma como una “compradora compulsiva”. Sabía que tenía un problema pero no se podía detener. Gastar, por gastar, ese era el tema que le provocó hasta una crisis financiera, que puso en peligro su patrimonio.

Ella, tiene 35 años, es profesionista, licenciada en derecho y soltera. Siempre era lo mismo con Sandra: todos los días compraba algo, un adorno, unos zapatos, un vestido, un saco, una chaqueta, una bolsa, un aparato electrónico, un libro, unos lentes, y a finales de año, su adicción por gastar era más crítica, gastaba para regalar a todo mundo, a la prima, a la tía, a las amigas, a la vecina, aunque eso significara quedarse sin dinero y con la tarjeta al tope.

“Yo sabía que hacía mal en gastar tanto, pero no podía detenerme”, confiesa Sandra “V”, quien comentó que empezó a acumular tanta ropa, tantos adornos, tantas cosas que su casa se estaba convirtiendo en una bodega. “Me di cuenta que tenía un problema cuando un día mi madre me visitó y me enseñó que había comprado 10 cepillos para peinarme y tenía varios, muchos pares de zapatos, por montones, algunos que ni había estrenado”.

Eso era lo de menos, recuerda, lo peor fue descubrir que sus ahorros se los había acabado, su sueldo no le alcanzaba para terminar la quincena y sus tarjetas de crédito estaban rebasadas. “Mis padres me habían regalado un departamento, pero tenía que pagar cuotas de mantenimiento las cuales no liquidaba. Estuvieron a punto de demandarme mis vecinos y cobrarse a la mala”, lamentó.

Como Sandra, muchas personas, sobre todo en esta temporada de fin de año, pueden caer en esta tentación, en este transtorno, sin detenerse, con excusas de “las baratas”, “porqué estoy triste y me lo merezco” o porque viene Navidad o Año Nuevo.

Dependiendo de la personalidad de cada persona, hay quienes sienten placer al gastar en forma excesiva y al final terminan con culpa y depresión porque carecen de recursos para pagar sus deudas.

¿Cómo detecto que soy compradora (o) compulsivo?

-Hay ansiedad por comprar, al grado de perder el control.

-Una vez que se consigue lo que se quiere, hay euforia y después culpa. 

-No puedes detenerte, tienes que comprar, comprar y comprar, sin importar tus finanzas.

-Caes en depresión porque no tienes con qué pagar tus deudas porque compraste de más, sin tener los recursos económicos.

-Tendencia a justificar los gastos innecesarios.

-Falta de planificación y reflexión sobre las compras.

-Autoestima baja.

-Frustración constante.

En fin de año es más recurrente este transtorno: Gabriela Orozco

Para Gabriela Orozco Calderón, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, la oniomanía es el término utilizado para describir a quienes no se pueden controlar para adquirir algo.

Representa, dijo, uno de los problemas actuales más graves, pues social y culturalmente se promueve tener bienes materiales y un estatus que nos haga sentirnos mejores personas, incluso más atractivos.

Refirió que este comportamiento puede darse como una respuesta ante emociones primarias como venganza y aburrimiento. De hecho, se acentúa en épocas decembrinas.

En una entrevista que concedió la especialista a Global UNAM, la especialista destacó que a la fecha, los manuales psiquiátricos no incluyen la compra compulsiva como una enfermedad; sin embargo, es muy parecida neurobiológicamente al juego compulsivo o ludopatía (incapacidad de abstenerse y detenerse en el juego), que sí está incluido en conductas adictivas.

El diagnóstico incluye pensamientos intrusivos (involuntarios y que se convierten en obsesión), irresistibles y sin sentido por ir a comprar objetos que no se necesitan, lo que quita tiempo para otras actividades y altera ocupaciones sociales y familiares.

Las Causas:

En el portal español https://www.topdoctors.es/ destaca que la adicción a las compras puede provocar problemas familiares, de pareja o laborales, así como endeudamientos, mentiras o robos debido a los impulsos incontrolados por poseer un artículo.

Menciona que las causas de la adicción a las compras pueden ser:

-Obsesión por la apariencia física, donde las redes sociales han dado un enorme poder a la imagen. “La moda puede ser un medio para potenciar esa presencia y puede derivar en una adicción a comprar nuevos productos”.

-Baja autoestima: es la base de múltiples sufrimientos. Esto puede provocar que una persona busque aceptación en su grupo de amigos, intentando proyectar una imagen determinada.

-Cubrir carencias afectivas o vacíos internos: con una rutina de salir de compras, una persona puede sentir que controla este aspecto de su vida. Utiliza la ocupación para distraer su atención de un asunto que le puede preocupar más. Es decir, puede haber un sufrimiento personal detrás de la adicción.

-Educación carente de límites: si una persona ha crecido en una situación en que sus caprichos se atendían de forma inmediata, interioriza ese modelo de mundo donde el deseo no se pospone.

Las nuevas tecnologías también contribuyen al consumo desmedido:

Adrián Ramos es padre de dos hijos y su esposa, profesionista como él, decidió dedicarse a la crianza de sus pequeños. Él es un exitoso trabajador de la banca. Cansado de su rutina diaria se refugia por las noches en su computadora, donde adquiere productos, a través de las plataformas de moda.

En una semana, recibe más de siete paquetes a su casa, de todos los tamaños, grandes y pequeños. Al final del mes, por lo menos suma más de 28 productos, además de las compras del día a día. Está más que endeudado pero no puede detenerse. Su esposa está más que alarmada.

La tecnología, después de la época del Covid-19 también ha contribuido al consumo, sobre todo de las personas que padecen el transtorno del comprador compulsivo es una gran tentación.

¿Qué hacer para evitar la oniomanía?

-No comprar cosas que no necesitas

-Evitar ir de compras cuando estás ansioso o eufórico

-Elaborar un presupuesto y ajustarte a él

-Hacer una lista de compras y llevar solo el dinero necesario

-No dejarte llevar por las ofertas

-Dejar la tarjeta de crédito en casa y únicamente llevar el dinero en efectivo justo

-Evitar caer en la tentación de comprar por envíos

Las personas que padecen oniomanía deben acudir a un especialista en psicología.

También pueden visitar la Clínica de Atención Integral para las Adicciones de la Facultad de Medicina (Lunes a viernes de 10:00 a 18:00 horas, Teléfono: 5623 2127.