Es tiempo de hablar de salud mental y del modelo de atención que se tiene en México, en donde fue posible una reforma a la Ley General de Salud en este tema hace dos años, pero que en los hechos, está lejos de implementarse.
El nuevo modelo de atención a la salud mental y atención a personas con adicciones busca dejar atrás las prácticas de aislamiento e internación de personas con trastornos mentales y transformar los hospitales psiquiátricos, promueve modelos alternativos centrados en la comunidad y con base en las redes sociales.
A dos años de esta reforma, la organización Documenta hizo un monitoreo sobre la implementación con lo siguientes hallazgos:
En México existen al menos 2 mil 169 personas internadas en los hospitales psiquiátricos y mil 83, es decir, el 50 por ciento de manera involuntaria, con datos de 2023.
A través de solicitudes de acceso a la información preguntaron a autoridades sanitarias de todo el país cuánto tiempo llevan las personas internadas. Las autoridades respondieron que del total de personas internadas:
- el 21.9 por ciento lleva internado más de 20 años,
- el 8.5 por ciento entre 11 y 20 años,
- el 14.6% entre 1 y 10 años,
- el 2.2% entre 3 meses y 364 días,
- el 4.8% entre 31 y 90 días y
- el 30.8% entre 1 y 30 días.
El informe de Documenta señala que los internamientos involuntarios constituyen una violación a lo dispuesto en la actual normativa sobre salud y "son violaciones a derechos humanos fundamentales", citando como referencia una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde planteó que los "internamientos involuntarios pueden involucrar ataques a la libertad personal fuera de procedimiento, así como incomunicación, tortura y tratos crueles e inhumanos.”
Diana Sheinbaum, coordinadora del programa de Discapacidad y Justicia de Documenta, comentó con Explora CDMX que "la salud mental no es algo que le corresponde sólo al sector sanitario sino que tiene que ver con un conjunto de actores y tiene que haber una mirada intersectorial sobre la salud mental."
Al hablar de las personas que están institucionalizadas en los servicios de salud, no sólo requieren de una pastilla, advierte Sheinbaum, sino de tener garantizado el derecho a la vivir en la comunidad y de forma independiente y con recursos para vivienda, salud, educación etcétera.
"Hay que tener también la salud mental ligada a la justicia social. Yo creo si se construye una política pública de salud en general, que incorpore a la salud mental pero también desde una mirada intersectorialidad, se estará ganando mucho", dijo.
Con respecto a este tipo de trastornos, advirtió que el peso del imaginario colectivo está construido una narrativa que tiende a vincular locura y crimen o locura y peligrosidad y esto debe de cambiar.
Diana Sheinbaum explica que la salud mental no implica solamente el tratamiento y atención de trastornos mentales como la esquizofrenia o el límite de la personalidad, sino de un nivel de bienestar integral de las personas.
"Imagínate una depresión postparto no atendida en lo que eso se puede convertir y cómo hay posibilidades de atender eso de una manera adecuada que evite la cronificación del malestar y eso en todos los casos", comentó la investigadora.
Señala que las políticas deben estar basadas en la prevención, en el apoyo multisectoriales, en la inclusión, en la posibilidad de tener trabajo, educación y salud desde una perspectiva de inclusión no de segregación o marginalización.
Puedes conocer el informa completo de Documenta aquí
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