Los tres cochinitos
En Ecuador se dirime no sólo una elección, sino la continuidad de un régimen que probó ser un fracaso, apoyado con carretadas de dinero, mayoritariamente público, en medios “tradicionales” y redes sociales. Cuando Lenin Moreno asumió hace ocho años el poder, no tardó en traicionar a la corriente política que había hecho de Ecuador uno de los países más prósperos de América Latina. Él, y sus sucesores el banquero Guillermo Lasso y Daniel Noboa, un empresario bananero made en USA que tuvo que ser votado por los ecuatorianos después de que Lasso disolvió el parlamento para evitar un juicio político en su contra: la tristemente célebre “muerte cruzada”, hundieron al país en ocho años, enfrentándolo a severas crisis económicas y sumergiéndolo en la violencia política de la que, el relato mediático es el mismo, ecuatorianos de derecha culpabilizan del caos social a la contrincante presidencial del junior: la abogada Luisa González del Movimiento Revolución Ciudadana apoyado por Rafael Correa.
Paralelismos
El domingo pasado que en la primera vuelta se declaró un empate técnico entre Noboa y Luisa González, Noboa, títere de la oligarquía ecuatoriana y lacayo del país del norte, sencillamente no salió a hacer el ridículo como lo hizo aquí la candidata del PRIAN Xóchitl Gálvez al declararse ganadora y como lo hacen todos los políticos de la oposición brindándole su apoyo a Donald Trump, quien quiere otro Milei en Ecuador. Sumió la cabeza como avestruz.
Igual que la candidata “fresca” impulsada por los intelectuales gagás y derrotada por Claudia Sheinbaum, Noboa basó su campaña en saturar con mentiras los medios, pero las recurrentes crisis político-económicas en las que los tres cochinitos sumieron a Ecuador, pegan en el bolsillo. El país pasó de ser un país próspero, a uno que enfrenta de modo recurrente alza de impuestos, devaluaciones, aumento de combustibles y una severa crisis eléctrica con recurrentes apagones tras ser exportador de electricidad.
Como en México, encuestadoras sin escrúpulos y a cambio de dinero proveniente –en el caso ecuatoriano del erario–, le daban una amplia ventaja a Noboa sobre su contrincante. Pero el óptimo manejo en redes de Luisa González y su trabajo territorial desmintieron la encuesta que antes del cierre de urnas colocó Noboa como el supuesto “triunfador.”
El modelo extractivista de capitalismo para los cuates que practica Milei en Argentina y en México padecimos desde Salinas hasta EPN, en Ecuador avanzó de modo vertiginoso. Menos de una década fue suficiente para aumentar al doble la pobreza extrema, destruir el sistema carretero, abandonar la educación y la salud pública que durante la pandemia puso en las peores manos el manejo de la crisis sanitaria: el capital especulativo.
Presidenta para Ecuador
A Luisa González le espera una intensa campaña en contra para evitar que Ecuador vuelva a ser un país libre e inicie un periodo de recuperación. El relato mediático se endurecerá más. Los bots turcos de X como los argentinos en México no cejarán de acosarla acusándola de vínculos con el narcotráfico, como en México antes y después de la elección. Pero no va a ser fácil, el voto indígena que puede hacer la diferencia no se irá con Noboa, las clases medias tampoco, al igual que aquí en 2024, salvo un pequeño porcentaje sordo, ciego e ignorante.
El 13 de abril será la segunda vuelta. Luisa González sabe que la tendencia al alza de su candidatura y a la baja de Noboa seguirá y tendrá que trabajar más para materializar el regreso del correísmo. En ese escenario Noboa y los rufianes que lo rodean sacaran las fauces a relucir, como lo hicieron cuando invadieron nuestra sede diplomática. No creo que los ecuatorianos se vuelvan a equivocar. Si lo hicieran, merecido lo tendrán. El votante desinformado termina convirtiéndose en cómplice de las causas antidemocráticas, dijo Rafael Correa en una reciente entrevista para Pablo Iglesias en Canal Red que tiene su mayor audiencia en Latinoamérica y abrirá en México, como lo hizo en Colombia, una filial. Combatir el relato mediático de la derecha colonialista y la buena ondita, es tarea de todos. Bueno, casi todos. Porque cambiar a los necios es imposible. Espero buenas noticias en un par de meses. Que se reanuden nuestros lazos diplomáticos con el país hermano y esos enanos serviles sepan que, a contracorriente de buena parte de Europa y Estados Unidos, el fascismo no es opción para América Latina.
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