Como mamá, ¿te has preguntado qué podría ser eso que realmente cambie la vida de tu hijo o hija?
Como madres sabemos que el camino no siempre es fácil. Queremos que nuestros hijos tengan más y mejores oportunidades que las que nosotras hemos tenido. Y la educación es, sin duda, la llave maestra. Sin embargo, también sabemos que los costos no paran de subir: inscripciones, colegiaturas, materiales, idiomas, tecnología… y eso sin contar si algún día desean estudiar en otra ciudad o en el extranjero. Por eso, tener un plan de ahorro para la educación no es un lujo, es una necesidad, que evita que una emergencia o situación imprevista comprometa el acceso de nuestros hijos a la escuela o a la universidad. Es una decisión responsable, amorosa y, sobre todo, posible.
¿Por dónde empezar? Lo primero es entender que existen diferentes tipos de ahorro educativo. Hay algunos como el ahorro en cuentas bancarias o inversiones a plazo, que ofrecen algo de rendimiento, pero requieren disciplina para no tocar ese dinero. Y otros más como los planes de ahorro educativo con seguro de vida; aquí es donde muchas mamás encuentran una solución más completa. Estos planes no solo te ayudan a ahorrar con metas claras (por ejemplo, la universidad), sino que también incluyen protección. Si algo te llegara a pasar, tus hijos seguirían contando con ese respaldo económico.
¿Es caro? No necesariamente. Hay planes que se ajustan a distintos presupuestos. Lo importante es empezar cuanto antes. Entre más pequeños son nuestros hijos, más tiempo tenemos para ahorrar poco a poco y lograr una meta grande. Podemos comenzar con aportaciones mensuales mínimas, dependiendo del plan y de tus posibilidades.
¿Y si no sé nada de esto? No te preocupes, no tienes que ser experta en finanzas. Hoy en día hay asesorías gratuitas, pensadas especialmente para mamás, que explican todo con claridad, sin tecnicismos, y que realmente se preocupan por ayudarte a tomar la mejor decisión para tu familia. Recuerda que un ahorro para la educación (sobre todo si incluye un seguro de vida) es una forma de decir: “Estoy pensando en ti, incluso si algún día no puedo estar”.
¡Se el primero en comentar!