Diversas avenidas y calles de la Ciudad de México ya comienzan a pintarse de color violeta y lila con las flores de los árboles de jacarandas.
A pesar de que de que dicho espectáculo natural, por lo general, iniciaba a finales de marzo, época que marca el fin del invierno y el principio de la primavera, desde hace ya un par de años, el tiempo de floración de las jacarandas ha sido errático, y ello se debe a los efectos del calentamiento global.
El impacto de las altas temperaturas en la ciudad ha hecho que los árboles de jacarandas crezcan y florezcan más rápidamente. Asimismo, la contaminación del aire, la sequía y las heladas pueden llegar a debilitar estas y otras especies, haciéndolas cada vez más susceptibles a enfermedades y plagas.
La desincronización de la floración se puede considerar también un problema, pues las jacarandas pueden florecer en momentos en que no hay suficientes polinizadores, lo que puede llegar a afectar su reproducción.
Es importante destacar que las jacarandas no son solo un símbolo de la belleza natural, sino que también juegan un papel importante en el ecosistema urbano, ya que absorben dióxido de carbono, producen oxígeno y proporcionan sombra y refugio para los animales.
Por lo tanto, es fundamental tomar medidas para proteger a estos árboles y mitigar los efectos del cambio climático en su hábitat.
Las jacarandas tienen un significado especial en la cultura mexicana. La palabra "jacarandá" proviene del guaraní y significa "fragante", y en portugués se conoce como "yacaranda", que se traduce como "oloroso".
La jacaranda es conocida científicamente como Jacaranda mimosifolia, pertenece a la familia Bignoniaceae; una especie de plantas de flor que se caracterizan por tener forma de ‘’campana’’ de color violeta y lila.
Aunque se reproduce principalmente en Sudamérica en países subtropicales como Argentina, Uruguay y Brasil. Su llegada a México se atribuye al jardinero japonés Tatsugoro Matsumoto, quien hace más de un siglo, con autorización de presidentes mexicanos, comenzó a sembrar este árbol para ornamentar diferentes avenidas de la metrópoli.
Su trabajo llamó la atención, y fue Porfirio Díaz, quien lo contactó para que se hiciera cargo de los arreglos florales del Castillo de Chapultepec y su bosque circundante.
De hecho, el mandatario comisionó a Matsumoto la creación de un jardín especialmente diseñado para una exposición de productos japoneses en el Palacio de Cristal, actualmente mejor conocido como el Museo del Chopo en la Colonia Santa María la Ribera.
Hoy en día, losa árboles de jacarandas se pueden encontrar en diversos lugares de la ciudad, tal es el caso del Paseo de la Reforma, las colonias Condesa y Narvarte, Ciudad Universitaria y el Centro Histórico. La Alameda Central es uno de sitios más comunes donde se pueden apreciar estas especies.
No hay que olvidar que las jacarandas se han convertido en un símbolo de la Ciudad de México y por ello su cuidado es fundamental, al igual que lo es la conservación de otras especies.
¡Se el primero en comentar!