Personas con discapacidad psicosocial, usuarias y ex usuarias de servicios psiquiátricos se dieron cita frente a la columna de la Independencia, en Paseo de la Reforma, para participar en la Marcha del Orgullo Loco en medio de una intensa lluvia que retrasó la partida a las 15:10 horas hacia la Estela de Luz, frente a la Puerta de los Leones, en el Bosque de Chapultepec.
Las mismas personas se llaman locos con el fin de quitarle el sentido peyorativo al término, como en su momento lo hicieron las personas de la diversidad sexual al apropiarse de la palabra gay y hacer la marcha del orgullo.
El orgullo loco o mad pride es un movimiento que ha surgido en varios países con el fin de dignificar a las personas usuarias o ex usuarias del sistema hospitalario psiquiátrico o que tienen un trastorno mental o discapacidad psicosocial. La primera marcha del orgullo loco en México se dio en 2019.
Una de las principales demandas es evitar el encierro de personas con enfermedades mentales porque saben que ése no es el tratamiento para el bienestar de la persona.
Foto: Explora CDMX
Al evento se dieron cita personas que han sobrevivido al internamiento psiquiátrico, personas neurodivergentes, familiares y acompañantes de personas con discapacidad psicosocial.
Avanzaron por la lateral de Paseo de la Reforma y cruzaron Florencia, Sevilla y las principales glorietas. En el recorrido hicieron ocho paradas en donde colocaron calcomanías con el diseño de las placas de identificación de calles con los nombres de personas y lugares relacionados con casos de violaciones graves de derechos humanos.
Entre ellas destaca el nombre de Carlos Castañeda, un ciudadano mexicano que intentó asesinar al presidente Gustavo Díaz Ordaz en 1970 en venganza por la matanza de estudiantes en Tlatelolco en 1968.
El hombre fue recluido en una institución mental por más de 20 años, donde su salud se vio deteriorada y terminó en las calles viviendo de la caridad de la gente, como documentó el Alejandro Solar, en la cinta “El Paciente Interno”.
Foto: Explora CDMX
Otra de las paradas fue Casa Esperanza, una casa hogar particular en donde la organización internacional Disability Rights International investigó denuncias de violaciones y esterilizaciones forzadas denunciadas en 2013, pero hasta la fecha, señalan que no han sido sancionadas las personas responsables
“Nuestra intención es que precisamente se visibilicen todos estos casos de personas institucionalizadas que han recibido graves violaciones a los derechos humanos”, explicó Laura Rojas, miembro de la Red Orgullo Loco.
Foto: Explora CDMX
Algunas de las consignas que lanzaron en su recorrido por el Paseo de la reforma fueron:
¡Ya no seas el mismo, rompe tu cuerdismo!
¡No hay salud mental sin justicia social!
¡No más apatías, cuestiona tu normopatía!
¡La locura es una cura a tus cuerdas ataduras!
¡Y va a caer, y va a caer, el manicomio va a caer!
Foto: Explora CDMX
En cada parada, las personas activistas también dieron sus testimonio y realizaron performance en una marcha que no logró frenar la lluvia.
Adrián Dornelly protagonizó el performance “Descomposición emocional”, en donde hace referencia a la institucionalización y a la práctica psiquiátrica sobre las personas.
Se puso de rodillas sobre el pavimento con la cabeza cubierta con una especie de capucha con penacho negro, sacudió su cuerpo de un lado a otro hasta que se quitó la capucha y se despojó de toda la ropa lanzando un grito de libertad: ¡Hasta la locura siempre!, ¡siempre!, ¡siempre!
“El encierro psiquiátrico no permite la resolución de los delirios. La resolución de los delirios puede darse a través del arte y no a través del encierro psiquiátrico, y sobre todo, no a través de la medicalización”, expresó el artista a EXPLORA CDMX.
Foto: Explora CDMX
La marcha culminó cuando bailaron "Doctor Psiquiatra", de Gloria Trevi, mientras patearon y destruyeron la figura de cartón de un hospital psiquiátrico al pie de la Estela de Luz.
Luego bailaron en círculo "suena mi Esqueleto", de la banda de rock La Castañeda, como se llamó el hospital psiquiátrico que operó en la zona de Mixcoac por alrededor de 60 años hasta que se ordenó su demolición en 1968.
¡Hasta la locura siempre!
¡Se el primero en comentar!