El ajolote, una de las 535 especies de México en riesgo de extinción, puede dejar de existir el próximo año.
Considerada un símbolo nacional y un tesoro biológico, esta criatura única se encuentra hoy en riesgo crítico de desaparición debido a diversas amenazas que ponen en riesgo su supervivencia.
Modelos matemáticos del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierten que en 2025 no habrá más de estos anfibios que habita en el fondo de los canales de Xochimilco; zona en la que la especie se encuentran actualmente protegida.
El ajolote es un animal endémico considerado un símbolo y tesoro biológico, se trata de una salamandra acuática que habita en los lagos y ríos de México, particularmente en el Valle de México y el Estado de México. Su nombre proviene del náhuatl Atl-xólotl, que significa monstruo de agua.
Esta especie que puede alcanzar hasta 15 años de vida y tiene la capacidad de regenerar sus extremidades, es un ejemplo fascinante de neotenia, ya que mantienen características larvarias a lo largo de toda su vida.
Actualmente, enfrenta varios desafíos que lo llevan al borde de la extinción, tanto por causa relacionadas con las actividades humanas, como la transformación de su hábitat, la sobreexplotación, la interacciones con especies invasoras, así como los efectos de la contaminación y del cambio climático.
De acuerdo con la investigación de la UNAM, en 1998 se contabilizaron hasta seis mil ajolotes viviendo por kilómetro cuadrado en los canales de Xochimilco, 15 años más tarde se reportó que había únicamente 36.
El ajolote tiene una peculiar sonrisa y branquias a manera de barbas de dragón, tiene un complejo sistema respiratorio que le permite estar dentro y fuera del agua, lo que llevó a las culturas antiguas a considerarlo como un ser que desafiaba la muerte, en tanto que investigadores modernos estudian dichas características para aplicarlas a la medicina moderna.
Los especialistas han destacado ya que la extinción del ajolote puede dar paso a impactos graves, tal es el caso de la pérdida de biodiversidad, alteraciones en la cadena alimenticia y el equilibrio ecológico, e incluso de pérdida cultural, ya que el ajolote es considerado un símbolo nacional y un parte importante de la identidad mexicana.
Por ello, es necesario reforzar acciones para asegurar su conservación y trabajar en la restauración, cuidado de los cuerpos de agua y su entorno.
De igual manera es indispensable controlar su captura y venta ilegal. También es fundamental impulsar la investigación y educación en torno a dicha especie.
El ajolote requiere hoy de nuestra atención y protección. La conservación de esta especie es un desafío que requiere la colaboración de gobierno, sociedad civil y comunidades científicas.
Debemos actuar ahora para evitar la extinción del ajolote y preservar así una especie importante de la riqueza biológica y cultural de México.
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