Estos días de juegos olímpicos nos permiten apreciar los magníficos escenarios en los que se están llevando a cabo las competencias de París 2024 y sorprendernos con el despliegue tecnológico al servicio del deporte y el espectáculo. Resulta inevitable, sobre todo para los más veteranos en esta vida, hacer memoria y pensar en el tiempo en que México fue sede de los juegos olímpicos, tratando de imaginar cómo fueron esos días de competencias.
La olimpiada de 1968 es sólo un recuerdo, pero las instalaciones olímpicas ahí están, como mudos y orgullosos testigos de lo que fue el máximo evento deportivo del planeta efectuado en nuestras tierras. Varios de ellos fueron construidos específicamente para ser utilizados en los juegos olímpicos. Son edificaciones monumentales que, pese a que siguen conservando su belleza, tienen un defecto de origen, no llevan nombres de atletas olímpicos mexicanos, sino de héroes militares.
Un recorrido breve y somero por los nombres de los recintos olímpicos construidos para 1968 nos permite enterarnos de que llevan los nombres de varios de los niños héroes de Chapultepec o militares célebres. Por ejemplo, la Alberca Olímpica Francisco Márquez, el Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera, ambos ubicados en el cruce de División del Norte y Río Churubusco; la pista de canotaje Virgilio Uribe (él no fue de los niños héroes, pero sí militar), ubicada en Cuemanco; o la unidad habitacional Narciso Mendoza (conocido como el niño artillero), que fungió como villa Olímpica para albergar a jueces y prensa, en lo que hoy conocemos como Villa Coapa.
Foto: Alberca Olímpica, Creative Commons
No se malentienda. Nadie regatea el heroico sacrificio de los militares en las luchas armadas en defensa del territorio mexicano, pero por qué no hacer justicia y cambiarles los nombres a estos lugares. Por ejemplo, Joaquín Capilla, clavadista que consiguió cuatro medallas para México a lo largo de tres juegos olímpicos: bronce en Londres 48, plata en Helsinki 52 y oro y bronce en Melbourne 56. Actualmente conserva la gloria de ser el máximo medallista mexicano. Un justo homenaje póstumo a su carrera sería otorgarle su nombre al más importante recinto olímpico de natación: “Alberca Olímpica Joaquín Capilla”.
Es importante anotar que existe una alberca que lleva su nombre, en la colonia Mixcoac, semiolímpica, de 25 m, a la cual asistió el clavadista en una ocasión de visita, en el ocaso de su vida, y desde el agua, los usuarios de la alberca le brindaron una muy emotiva y respetuosa ovación. Es interesante conocer su biografía, pues tuvo una vida de claroscuros, momentos de triunfo, pero también de pena y sufrimiento.
El velódromo Olímpico Agustín Melgar lleva el nombre de otro de los niños héroes, pero en México tenemos una gran figura del ciclismo, Belém Guerrero, que bien merece el homenaje de que ese espacio llevara su nombre: “Velódromo Olímpico Belém Guerrero”, atleta originaria de Ciudad Neza, que ganó plata en Atenas 2004.
Foto: Alcaldía Venustiano Carranza
Belém, cuentan las anécdotas, llevaba a su hermano como asistente mecánico para su bicicleta, la cual resultó ser más liviana de lo requerido, pues le faltaban unos gramos para dar el peso reglamentario. Haciendo gala del ingenio mexicano, el hermano de Belém tomó unas monedas de 5 pesos que llevaba en el bolsillo, las fijó con cinta al manubrio y así logró que la bicicleta se ajustara a la normativa olímpica.
Qué tal que, al Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera (otro niño héroe de Chapultepec), le cambiáramos el nombre a “Gimnasio Olímpico Soraya Jiménez”, primera mujer en ganar una medalla de oro en la historia de México en juegos olímpicos, lo hizo en la olimpiada de Sidney 2000 en la disciplina de halterofilia. Soraya fue una campeona sin lugar a dudas, pero sufrió el estigma de una sociedad que, aun en el arranque del nuevo milenio, no estaba lista para ver a una mujer competir y ganar. La atleta falleció aún joven. Buena parte de su trayectoria deportiva fue víctima de comentarios y burlas machistas, ignorantes e indolentes, que la descalificaban por su corporalidad y por no lucir tan femenina, a juicio de quienes la criticaban.
Habría muchas oportunidades de hacer justicia a las personas atletas mexicanas que han tenido destacadas participaciones, no sólo en los juegos olímpicos, sino en diversas justas deportivas y que bien ganado tendrían que muchos recintos históricos lleven sus nombres.
Nadie se opondría, creo, a que haya escuelas, calles, avenidas y recintos deportivos que lleven los nombres de Paola Espinosa, clavadista; María del Rosario Espinoza, taekowndoin; Fernando Platas, clavadista; Ernesto Canto, Raúl González, Carlos Mercenario, Bernardo Segura y María Guadalupe González, medallistas destacados en marcha; Manuel Youshimatz, ciclista, Luz Acosta y Aremi Fuentes, halterofilistas; Misael Rodríguez, boxeador, y muchos tantos otros héroes que se batieron en duras batallas por su México.
Foto: Alberca Olímpica, Alcaldía BEnito Juárez
La delegación mexicana en París 2024 tiene poco más de un centenar de atletas. Apoyarlos comienza por seguirlos en sus participaciones. Estos días ya hicieron historia atletas como Prisca Awiti, judoka que obtuvo medalla de plata, y Osmar Olvera y Juan Celaya, que ganaron la Plata en clavados sincronizados en trampolín de 3m y el equipo femenil de tiro con arco, al ganar el Bronce.
Participaciones como la de Alejandra Valencia en tiro con arco, Alexa Moreno en gimnasia, Nuria Diosdado y Joana Jiménez en natación artística y la de muchos otros merecen nuestro reconocimiento.
Sería genial un día tener muchas escuelas y centros deportivos con nombres de atletas. Una gran cantidad de “Escuela primaria Soraya Jiménez”, “Avenida María del Rosario Espinoza” o “Pista Ernesto Canto”, en vez de todas las Gustavo Díaz Ordaz o Luis Echeverría Álvarez, insignias nefastas de aquel México 68.
Maricela
Exelente información hoy en día vemos. Lugares y sabemos los nombres más no el por qué de dichos nombre cuál es el significado. O el motivo y es muy grato leer y aprender. Sobre. Ellos y llenarte de. Estos. Conocimientos. Exelente. Muy interesante. Felicidades