Las personas que hablan alguna lengua de los pueblos originarios en México no se comunican igual que el resto de la población ni tienen las mismas oportunidades de acceso a la justicia o a recibir educación y atención médica en su lengua materna.
Así lo expresa Natalia Cruz, cantante zapoteca, originaria del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca.
“Hemos tenido que convertirnos en pueblos libres, tenemos un reto más grande que el resto de hablantes de una sola lengua de nuestro país, la hegemónica, que es el español, porque nosotros tenemos que hablar dos lenguas para poder relacionarnos con el mundo”, comenta en entrevista con Explora CDMX.
Natalia reflexiona que no tendría que ser así porque existen muchos pueblos con lenguas diferentes y que debería haber herramientas para que las lenguas se hablaran en espacios públicos, en los espacios en los que dan servicio a las comunidades y para que la gente quisiera seguir expresándose en su lengua.
“El sistema no permite que tengamos los espacios dignos y que no nos proveen de las herramientas para hacerlo”, señala.
En México 7 millones 364 mil 645 personasde 3 años y más de edad hablan alguna lengua indígena, lo que representa el 6% de la población total. En la Ciudad de México 125 mil 153 personas hablan alguna lengua indígena. Las más comunes son:
- Náhuatl
- Mazateco
- Mixteco
- Mixe o
- Alguna otra
Este 21 de febrero es el Día Internacional de la Lengua Materna y la Secretaría de Cultura del país organizó el homenaje Lenguabuelas, una puesta escénica de música, poesía y baile en el Museo Nacional de Antropología por parte de artistas de lengua indígena en nuestro país para rendir un tributo a las madres y abuelas que son guardianas de sus lenguas y de la cosmogonía de los pueblos originarios.
El objetivo es hacer un reconocimiento a la mujer indígena y afromexicana que, pese al embate, arrulla y canta a las flores para curar el espanto, invocar al sueño, preservar la calma y heredar la lengua.
“LenguAbuelas: la ancestralidad tiene origen” contará con la participación de los músicos zapotecos Natalia Cruz y Abraham Osorio e hijos, el músico de son jarocho Patricio Hidalgo, la bailarina afrodescendiente Rubí Oseguera, la poeta zoque Mikeas Sanchéz, la poeta tsotsil Enriqueta Lunez, la cantante experimental Leika Mochán y la poeta maya Briceida Cuevas.
También participa el baterista Gustavo Nandayapa, la poeta zapoteca Natalia Toledo, el actor Carlos Camarillo, la poeta mixteca Celerina Patricio, así como Niñas y niños de las Casas de la Niñez Indígena de Chicontepec, Veracruz, y Voladoras de Papantla del Consejo para la protección y preservación de la Ceremonia Ritual de Voladores, A.C.
La cantante zapoteca Natalia Cruz es originaria de Asunción Ixtaltepec, el mismo pueblito donde nació Jesús “Chu” Rasgado, autor “Naila”, una referencia del bolero romántico en México en el espacio internacional.
Ella ha grabado siete discos y habla de las ventajas de contar con plataformas digitales disponibles en internet, como lo es Spotify. Sin embargo, dice que actualmente es más fácil que haya actos de apropiación cultural o de extractivismo cultural, sobre los cuales debe haber una regulación.
“La apropiación cultural consiste en que las personas toman indiscriminadamente elementos que son importantes para la identidad de los pueblos originarios y las comercializan y tienen usufructos a través del uso de estos elementos sin dar un beneficio directo a los miembros de esos pueblos”, explica.
Otro peligro latente es el del extractivismo cultural, advierte, el cual ha ocurrido a lo largo de la historia por parte de artistas más comerciales que toman elementos de la identidad de los pueblos originarios y, muchas veces, sin dar referencia al origen de estos sonidos, de estas riquezas musicales, incluso, se las llegan a adjudicar”.
“Es un peligro que está por ahí latente y justamente por eso es importante el tema, poner sobre la mesa la discusión del tema del derecho de autor tanto individual como colectivo”, señala.
Al final, Natalia reflexiona que los pueblos originarios han evolucionado con el tiempo y siguen creciendo.
“No somos muñequitos de museo, que estamos en las vitrinas y que estamos guardados”, expresa. “Lo que ha permitido justamente la supervivencia, permanencia de nuestra identidad a lo largo del tiempo ha sido la capacidad de la evolución y de la adaptación a los nuevos retos del tiempo”.
Asiste al homenaje “LenguAbuelas: la ancestralidad tiene origen”
Lugar: Explanada del Museo Nacional de Antropología
Hora: 17:00 horas
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