A todas nos pasa. Nos ponemos unos tacones y ni siquiera hemos doblado la esquina de nuestra calle, cuando nos tropezamos con una banqueta levantada, un hoyo en el piso o una coladera semi abierta. Es como un campo minado de batalla.
A Laura Ojeda, una chica de 20 años, le pasó. Ella, como muchas de nosotras, nos hemos sentido inseguras al caminar por las calles de la Ciudad de México y no precisamente por el tema de la inseguridad pública, sino por el constante temor a tropezar o a caernos.
Sin embargo, Laura decidió un día utilizar unos zapatos de doble plataforma, no llevaba más de dos horas luciendo su nueva adquisición, cuando se tropezó con una banqueta, sintió cómo el pie se le dobló y cayó al piso. El dolor era tan intenso en su pie izquierdo. Resultado: pie enyesado por tres meses, rehabilitación y medicina. Y su economía mermada.
En la plaza comercial Reforma 222, mujeres van y vienen, algunas mirando aparadores, otras salen de la oficina a comer y unas más pasan la tarde con su pareja o amigos.
Sin importar que sean estudiantes, ejecutivas, turistas, secretarias, empleadas, madres de familia y jóvenes, todas tenían un común denominador, todas usan tenis o zapatos bajos.
Diana Pilar y su amiga Daniela Vilchis conversan animadamente en la plaza. Son estudiantes recién egresadas de la universidad. Ellas usan tenis.
“En la pandemia, me acostumbré a estar descalza o a andar en chanclas. Regresar con tacones me resultó muy incómodo y sólo los ocupo en ocasiones especiales como bodas o 15 años. Siempre me llevo una bolsa con mis tenis”, comentó Diana Pilar.
Su amiga, Daniela Vilchis, comentó que ella no usa tacones. “A veces pienso que podría ser generacional. Antes, otras chicas usaban tacones para ir al antro, pero ahora nosotras preferimos unos zapatos cómodos. No uso tacones en mi día a día porque a lo que me dedico no implica que me tenga que arreglar formalmente”, destacó.
En otro punto de la plaza comercial, Karina Avendaño toma un café con su amiga Lorena Pérez. Son dos mujeres profesionistas.
Karina lleva unos tenis. “Nunca he usado tacones, solamente cuando iba a la preparatoria porque llevaba la materia de danza regional, parecía Bambi con tacones, muy complicado, pero nunca me han gustado. Siempre me ha parecido que los tacones son un martirio, te duelen los pies, te lastiman y te afectan la columna. Siempre he usado mocasines de vestir y tenis. Y claro, me he tropezado en la calle, pero mucho menos”.
Ella recuerda a su mamá, quien siempre usaba tacones y se cayó muchas veces, y bueno, hasta fracturas sufrió. “¡Con el zapato bajo hasta corres!”, señaló.
En cambio, Lorena Pérez comenta que antes le gustaban mucho los tacones. Hoy en día, sólo utiliza un tacón muy bajito. “Prefiero comodidad a belleza. Antes me gustaban mucho los tacones, pero ya los cambié por un zapato de tacón más cómodo. Me canso mucho, mi vida es muy acelerada y sufrí muchas caídas”.
De hecho, dijo, tiene los dos tobillos muy lastimados. Después de la pandemia, dejó de usar tacones altos, “¡y soy totalmente feliz!”
Azucena Delgado usa tacones, quizás de 12 centímetros de altura. Ella trabaja en uno de los hoteles de la Zona Rosa. “¡A mí me encantan, te ves bonita y femenina!. Y tengo varios, de todos los colores y tamaños. ¿Qué si me he caído o lastimado? Claro, como todas, sobre todo por la falta de mantenimiento de las banquetas. No me importa, lo disfruto”.
Al igual que Azucena, Rocío Velázquez asegura que los zapatos de tacones altos te hacen ver más femenina, alta, te levanta las pompis y se ven bonitas las piernas. “A mí me gustan, los uso en la oficina, pero la verdad ya me di cuenta que cada vez mi tacón es menos alto, por cuestión de comodidad. ¿Qué si me gustan los tenis? No, te ves desarreglada”.
Cada una tiene una opinión distinta, en base a su experiencia personal. Pero todas coinciden: han sufrido lesiones con tacones bajos y altos y la pandemia, al parecer, también influyó un poco en su forma de cambiar de calzado.
En la política como en el espectáculo, las mujeres hablan de los tacones
La actriz María Félix dijo en alguna ocasión: “A un hombre hay que llorarle tres días, y al cuarto, te pones tacones y ropa nueva”.
Hace un año, cuando Clara Brugada, ahora Jefa de Gobierno, asistió a un evento feminista, invitó a las asistentes a quitarse los tacones como símbolo de cuestionar las reglas y estándares impuestos a las mujeres.
Xóchitl Gálvez, ex candidata presidencial de la Coalición Fuerza y Corazón por México, grabó un video en su cuenta TikTok: “No soporto los zapatos incómodos. Que si se ven bien, que si no, me vale madres, yo cómoda”, dijo.
En marzo del año pasado, un grupo de ciclistas pedaleó con tacones y con vestido para visibilizar a las miles de mujeres que diariamente usan este medio de transporte. Esto sucedió en la ciudad de Toluca, Estado de México.
Mientras que en Canadá, en marzo pasado, un grupo de hombres protestó en tacones por la violencia de género.
Sin duda, los tacones han trascendido a través del tiempo, de la historia y están relacionados con lo que se considera feminidad y de moda. Hay de todos colores, tamaños y gustos. Pero también hay zapatos bajos, cómodos y tenis, para hacer deporte y caminar. Todo es al gusto de cada quién.
¿Salud o moda?
El doctor Erick Arturo Palacios Salmerón, Ortopedista y Especialista en Cirugía Articular del Grupo Ángeles, aseguró que el uso de un calzado no apropiado puede provocar muchos problemas en la salud.
Dijo que entre las lesiones más frecuentes que sufren las mujeres por el uso de los tacones altos están los esguinces, que es la torción del tobillo que provoca inflamación en los ligamentos, y por lo tanto, un fuerte dolor e imposibilidad para caminar.
La segunda y la más común es la tendinitis que es la inflamación severa de un tendón en el tobillo, conocida como “Talón de Aquiles”, provocada por la altura del tacón. “Las pacientes que usan tenis y se ponen tacones altos empiezan a presentar un dolor en la parte trasera del talón y esa es una lesión”.
Además, dijo, también están los llamados “Juanetes” que es la deformidad del dedo por la posición de punta que los tacones tienen. “Empiezan a deformar la anatomía del pie”.
En entrevista, el especialista destacó que es muy importante cuidar la salud de nuestros pies, ya que a la semana, recibe mínimo tres pacientes que presentan este tipo de lesiones debido a que usan un calzado inadecuado y sufren caídas o torceduras. “Son bastantes frecuentes este tipo de problemas”, recalcó.
Por esa razón, hizo algunas recomendaciones como no usar zapatos de tacón alto diariamente, sino ocasionalmente; utilizar algunas medidas ortopédicas correctas como que la horma del calzado no sea apretada, ni puntiaguda, que tenga soporte en el arco y que el tacón sea ligeramente más alto que la punta del pie.
Los zapatos que son muy planos no son tan recomendables, subrayó, pues siempre hay que buscar que tengan arco y que horme adecuadamente con el pie de la persona.
Sobre el uso de tenis para hacer ejercicio, correr o caminar, estos deben tener una suela que absorba el impacto del cuerpo y un soporte de arco, además de hacerse un análisis del pie para ver qué tipo de calzado conviene usar.
También, dijo, es necesario fortalecer los tobillos con ejercicios especiales, y no usar tacones de 15 centímetros de altura y puntiagudos para evitar lesiones.
“Mientras se utilice tenis, tacones o zapatos adecuados, no tendrán ningún problema. Solo es cuestión de tomar medidas ortopédicas adecuadas”, subrayó.
Foto: Freepik
Ejercicios para fortalecer los talones
1.- Andar de puntillas
2.- Andar de talones
3.- Saltos cortos
4.- Usa los dedos del pie para agarrar un objeto del piso.
5.- Elevación de talones
6.- Equilibrio sobre una pierna
7.- Rotación de tobillos
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