Las microinvenciones las podemos encontrar en innumerables palabras, en una nanopartícula, en un chismecito que se extingue en la boca de quien lo forja o en un cuento breve como muchos de los que publicaba Edmundo Valadés en la revista El Cuento.
Microinvenciones es un libro de cuentos breves que publicó la Universidad Autónoma de Hidalgo por iniciativa de la dirección de Fomento a la lectura bajo el cargo de la maestra Corina Martínez con la idea de reforzar la lectura no obligatoria entre los jóvenes. Para Dina Grijalva, curadora junto con Victoria García Jolly de los textos fantásticos que componen este hermoso librito ilustrado por Salvador Botalín, “la minificción puede escribirse en toda la variedad de registros que pueden ser creados en español”. Para Victoria, diseñadora del trabajo objeto de una muy clara y escrupulosa convocatoria, es el libro que más gusto le ha dado hacer porque todo fluyó muy bien.
El libro, con materiales fantásticos en torno al acto de leer o de escribir, se presentó recientemente en la trigésima séptima feria universitaria del libro de la UAEH y para quien quiera conocerlo, será nuevamente presentado en la CDMX el próximo 25 de octubre a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia. Ahora doy paso a unos textos incluidos en la obra, pocos desde luego por el límite de espacio, aunque pronto habrá versiones en línea. Empiezo con el epígrafe retomado de un maestro del género a quien muchos recordamos.
Era de Neruda
El autor lee su poema en voz alta, sonoro. Alguien le dice: Eso es extraordinario, maestro. Esperen, estoy leyendo el epígrafe.
René Avilés Fabila
Triste fin
—¡Qué triste fin el mío! —exclamaba apesadumbrado un lápiz. Tan pequeño era, que apenas podría sujetársele entre los dedos.
—Terminar mis últimos restos de grafito a manos de este pobre iluso que quiere escribir un cuen...
Alfonso Pedraza Pérez
Bodas de papel
Murmuré: “Sí, acepto”. Entonces me tomó en sus páginas, penetró mis sentidos y me llevó en un viaje —a veces ola, otras vértigo— al centro del placer.
Ana Clavel
Una quimera es una quimera
Trataron de extinguirlas a como diera lugar. Y como buena quimera desapareció. Se hizo escurridiza. Nadie pudo encontrarla. Entonces comprobaron que era uno de los tantos imposibles crea- dos por el hombre. Luego, cuando por fin convenció al mundo de su inexistencia, apareció triunfante. Logró su cometido, se volvió inmortal y más real que nunca. Ahora habitan en los diccionarios del mundo denominadas como idea falsa o vana imaginación demostrando que si se les define, son.
Cecilia Eudave
Rotadianas 1
El Diccionario de la lengua española las define como criaturas mitológicas mitad bicicleta y mitad Diana.
* * *
Raúl cambió la literatura por el alcohol, al descubrir que aquella inteligente rotadiana lo abandonó para siempre por su bicicleta.
David Gutiérrez Fuentes
Cigarros
Fumo mientras escribo. El cigarro se termina y no hay más en la cajetilla. Como no quiero perder el tiempo mientras voy a comprar nuevos, le pido uno al personaje de mi historia. Me dice que no, que me consiga los míos. Pero soy persistente y él es un buen tipo. Al poco rato ambos fumamos y charlamos a la vez. Desvelada, el cansancio me va ganando. Me quedo dormida. Y mientras en sueños continuamos la conversación, mi personaje y yo no notamos que en la alfombra ya comienza a arder un fuego que consumirá la casa.
Juan Carlos Gallegos.
Amor de novela
Ni él era un caballero andante ni yo una Dulcinea. Teníamos batallas épicas en casa, nuestros enemigos gigantes eran imaginarios; de nuestro amor quedó una mancha en algún lugar de mi memoria del cual no quiero acordarme.
Karla Barajas
El libro
Emocionado, rasgó el empaque. Era el primer humano que le regalaban para leer.
José Manuel Ortiz Soto
Gula
Devoraba libros. Murió de obesidad. Al practicarle la autopsia solo encontraron palabras en desorden.
Paola Tena
Lectura
Cerré los ojos y con la lengua fui leyendo el Braille de los lunares en tu espalda.
Sergio Briceño González
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