Mamá Xoombie: En la jungla y sin machete

5
Xochitl RoaFoto de
28 de septiembre 2024
  • Archivo ExploraCDMX

Mi esposo y yo acabamos de ver una serie llamada “Maid”, nos generó un poco de angustia por las situaciones que vive la madre en la serie, pero en dos segundos me di cuenta que es la vida de muchísimas madres en el mundo, pero fue inevitable pensar que ser mamá en México es jugarle al "¿Qué es más probable que me pase?": ¿Quedar loca, tener anemia, perder el trabajo o el derecho a quejarme? ¡Y la respuesta correcta es: todas las anteriores!

Cuando vemos la maternidad en el contexto mexicano, parece que estamos viviendo en un sketch de comedia involuntaria. De verdad, uno pensaría que a estas alturas habría algo más que un cambiador para bebés en los baños y el infame “¡Feliz Día de la Madre!” para apoyarnos. Pero, ¿qué tal si te digo que para muchas mamás aquí, el apoyo institucional es un unicornio: se habla de él, pero nadie lo ha visto?

Ponte a pensar: para muchas mujeres, la primera señal de discriminación laboral es cuando la prueba de embarazo da positivo. ¡Sorpresa! ¡Ganaste un despido! Resulta que en México, un 73% de las mujeres han reportado haber sido discriminadas por estar embarazadas. ¿Sabías que, según un estudio del Early Institute, 7 de cada 10 mujeres han enfrentado alguna forma de discriminación durante su embarazo o después de tener a su bebé? Y no, no es solo que la tía Toñita te diga que te ves más llenita. Hablamos de despidos injustificados, negación de permisos y hasta rechazo en el ámbito laboral por estar en “edad reproductiva”. Porque claro, ¿quién se va a encargar del chamaco si no la mamá? ¿El papá? ¡Por favor, no exageres!

Y ni hablemos de los permisos de maternidad. En Suecia, te pagan por quedarse en casa hasta que tu hijo sepa escribir su currículum. Aquí, con suerte y te dan los días suficientes para entender cómo ponerle el pañal sin pegarte en la cara. Luego regresas al trabajo con la frase célebre de “te ves cansada”. Ah… qué consuelo saber que al menos se nota. La falta de políticas de apoyo también impacta en el tema de la lactancia. Mientras en otros países las salas de lactancia en los centros de trabajo son casi obligatorias, aquí es más fácil encontrar un compresor de la CFE que una sala para amamantar. Las mamás nos las ingeniamos sacando el saca-leche en baños públicos o en el coche durante su hora de comida. ¡Ah, la maternidad glamorosa!

¿Y qué tal el acceso a la salud? Porque claro, ser madre implica tener superpoderes: adivinar la fecha exacta de parto para no agarrar tráfico, encontrar médicos que no te traten como checklist y rogarle al destino que haya lugar en el hospital. Si vives en la ciudad, quizá logres que te den cama; si vives en zona rural, mejor considera una carpa, porque el 18% de las mujeres en esas áreas no tienen acceso a atención obstétrica. Pero, oye, piénsalo positivo: la experiencia de "dar a luz como nuestras abuelitas" se vuelve muy auténtica.

¿Y los derechos laborales? Aquí el “home office” de las madres se extiende a estar contestando correos con un niño pegado a la pierna y otro llorando porque se acabaron las Puffs. ¿Dónde está la lógica de querer ver a una mujer que aporte dinero a la casa exitosa y, al mismo tiempo, exigir ser buena, qué digo buena, excelente madre presente y latente? Las estadísticas de productividad no cuentan la cantidad de gritos en silencio que se han dado en las juntas de Zoom. Claro, porque uno no puede quejarse; “¡qué bueno que tienes trabajo!”, te dicen. Ah sí, qué bueno, como si sobrevivir con el puro trabajo fuera un lujo.

Y entonces, ¿qué hacemos? Porque en un país donde el gobierno parece decir “¡ustedes pueden con todo!” mientras da una palmadita en la espalda, la verdad es que la maternidad sigue sin recibir la atención que merece. No hay guarderías, no hay apoyo postnatal, muchas sin servicio médico y no hay nadie que te defienda cuando la tía te suelta el “¿y para cuándo el segundo?”. Pues cuando me den un manual para sobrevivir al primero, gracias.

Al final, las que más apoyan son las mamás a las mamás. Si no fuera por los grupos de Facebook y WhatsApp que comparten consejos sobre cómo no llorar en la bañera mientras los niños duermen o por los padres involucrados muchas de nosotras ya estaríamos llenando una solicitud para ingresar al psiquiatrico.

Pero no, aquí seguimos, desquitandose con memes y regañando a los niños para que cierren la puerta y no escuchar su escándalo. Y mientras el gobierno se organiza para la próxima ceremonia del Día de las Madres, nosotras seguimos pidiendo algo más simple: guarderías, permisos (legales sin jetas de los jefes), y que la maternidad no se sienta como una carrera de obstáculos en la que nadie nos avisó que la meta se movía cada cinco minutos.

Pero las cosas podrían cambiar. Con la llegada de una mujer a la presidencia, muchas madres nos ilusionamos con un país donde nuestras experiencias se vean reflejadas en políticas de verdad: permisos de maternidad más largos, acceso a servicios de salud adecuados y, sobre todo, la creación de un entorno en el que se reconozca el valor de la maternidad sin que esta se convierta en una carga más. Porque si alguien sabe lo que significa sacar adelante a una familia en medio del caos, es una madre.


El contenido de este texto es responsabilidad de la persona que lo escribe.
- - -

Ingresa tus datos para emitir tu voto.

Este campo es requerido
Este campo es requerido
  • maternidad
Foto de
Escrito por Xochitl Roa

Madre y esposa a tiempo completo por decisión. Xochitl puso una pausa en su vida profesional para adentrarse en la maternidad y todas sus curiosidades. Se siente comprometida con conocer, estudiar y aplicar la crianza respetuosa para romper con patrones que nos han llevado a ser adultos emocionalmente rotos y a una sociedad desconectada de la infancia de nuestro al rededor.

X: @MamaXoombie

Instagram: @mamaxoombie

No existen comentarios.
¡Se el primero en comentar!
Este campo es requerido
Este campo es requerido
Este campo es requerido