Digitalmente hablando: La adicción a las redes

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Karen Ibarez FloresFoto de
26 de julio 2024
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Esa urgencia por abrir todas las notificaciones en rojo que aparecen en los íconos de nuestras redes sociales favoritas tiene un nombre: Fomo, acrónimo de Fear of Missing Out o "miedo a perderse algo".

Aunque esta palabra por sí sola pueda parecer insignificante, detrás de ella hay más de dos décadas de investigación que la definen como un síndrome psicológico capaz de tener efectos profundos en la salud mental de las personas que experimentan una preocupación excesiva por perderse experiencias o eventos en las plataformas digitales.

El investigador en estrategias de marketing, Dan Herman, introdujo el término FoMO en 1996 mientras estudiaba los hábitos de consumo de las personas. En sus entrevistas,observó emociones relacionadas con el miedo a perder oportunidades de compra, ofertas y estar actualizados sobre nuevos negocios. Con el tiempo, este mismo sentimiento de estar al tanto de lo que otros tienen y sienten evolucionó hacia otras áreas sociales como la psicología, la cultura y la comunicación, comparándose con la ansiedad por perderse eventos sociales, actualizaciones y experiencias en plataformas como Instagram, Facebook, TikTok y más.

El desarrollo ágil de estas plataformas ha visto un aumento exponencial en su uso. Lo que inicialmente se identificó como un fenómeno entre consumidores ahora se ha categorizado como un tipo de ansiedad social en el ámbito digital.

En 2013, el Diccionario Oxford definió FoMO como "la aprehensión generalizada de que otros puedan estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno está ausente".

Esta definición encapsula la constante necesidad de estar conectados para no perderse información relevante, seguida de un comportamiento compulsivo para mantener estas conexiones sociales.

Las redes sociales han optimizado su diseño para captar y mantener nuestra atención. Desde contenido audiovisual atractivo hasta notificaciones instantáneas, todo está diseñado para alimentar nuestra sensación de estar constantemente conectados. Esta ventana digital a las vidas filtradas y sesgadas de los demás puede llevar a una adicción que no solo afecta nuestro bienestar físico y emocional, sino que también puede exacerbar sentimientos de ansiedad y depresión.

Algunos estudios sugieren que estos comportamientos pueden volverse compulsivos, afectando negativamente la autoestima y desencadenando síntomas depresivos en personas vulnerables.

Es crucial reconocer cómo el FoMO y la adicción digital están entrelazados con la búsqueda de validación social y la necesidad de pertenecer. Mientras exploramos las maravillas y las trampas de la era digital, recordemos que el equilibrio entre la conexión virtual y el bienestar real es fundamental para una vida saludable y plena.

En última instancia, entender el impacto del FoMO es el primer paso hacia un uso consciente y responsable de las redes sociales, donde la conexión genuina y el bienestar personal prevalezcan sobre el impulso de no perderse nada en la pantalla, y donde el único tratamiento efectivo hasta el momento para combatir esta adicción es reducir el tiempo de consumo en las Redes Socio digitales.



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Escrito por Karen Ibarez Flores

Karen es doctorante en Ciencias de la Comunicación por la UNAM y docente en la Universidad de la Comunicación, con experiencia como reportera en medios diversos. Su investigación se centra en la comunicación digital y sus impactos

sociales, explorando cómo las nuevas tecnologías transforman la sociedad contemporánea.

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